Yo luzco con orgullo mis cicatrices en la cabeza (cada vez mas evidentes, puta calvicie!!), desde pequeñito ya aprendes que la vida es dura, que si cometes un error (llámese un resbalón) lo pagarás caro (ostiazo contra los chinorros) y que hay que andarse con ojo ahí fuera. De hecho uno de los primeros recuerdos que tengo fue un cabezazo que me di en el recreo cuando todavía iba a pre-escolar, jejeje, vi las estrellas!!
Ahora, con tanta sobreprotección, lo único que conseguimos es niñatos que se creen con derecho a todo y que piensan que en la vida no existe ni el dolor, ni el sufrimiento, ni na de na. Pobres.
Pero claro, todo esto lo digo desde el desconocimiento de no ser padre. Igual, el dia que tenga un pimpollo, se me salen las tripas si el peque se hace daño... ¿¿nuestros padres como podian??